¿Cuál es el cuerpo normal?

Por Brenda Schonfeld

Las corporalidades disidentes ponen en jaque las regulaciones binarias que priman en nuestra sociedad. Frente a esto, universidades de la región proponen nuevas medidas más inclusivas.

Para el ciclo lectivo 2022 se inscribieron 10.913 personas a diferentes carreras de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Según las estadísticas brindadas por la Universidad, el 64,07% son mujeres, el 35,03% varones y el 0,58% personas trans o no binaries. Este último número, aún mínimo pero muy significativo, refleja una problemática que hasta hace pocos años ni siquiera se tenían cifras, ya que no era considerada.

Teniendo en cuenta que la universidad es un espacio en el que se legitiman y normalizan las condiciones de vida, ¿cómo se conforman las distintas corporalidades en este escenario biopolítico? Al respecto, un proyecto de extensión de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) propuso realizar distintas actividades para vincular y poner en relación a estudiantes, graduados universitarios, personas transgénero y no binaries para co-construir saberes que acerquen sus realidades vitales.

Las memorias y reflexiones de estas experiencias quedaron explayadas en un artículo publicado en la revista científica Utopías. Allí se indaga acerca de la presencia de la ciudadanía trans en las prácticas universitarias y la necesidad de nuevos enfoques para repensar algunos saberes y discursos obsoletos de los espacios académicos.

Macho/hembra

El pensamiento occidental moderno se basa en el planteamiento de lógicas racionales duales y dicotómicas, por ejemplo, cuerpo-mente, pensar-hacer, razón-sentir. Del mismo modo, el binarismo de género ordena muchos aspectos de nuestra cotidianeidad: la medicina, los hospitales, el deporte, el sistema penitenciario, los juzgados, los sanitarios, la indumentaria, etc. Sin embargo, la brecha queda cada vez más difusa. Esta ficción binaria solo logra discriminar, marginar y rechazar las corporalidades disidentes, y a su vez, limita las identidades de género.

El informe de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti Transexual (ALITT) demuestra que las personas trans o no binaries están más expuestas a sufrir discriminación, estigma o pobreza. Entre las principales causas de muerte se destacan las enfermedades de transmisión sexual, el suicidio, cirugías clandestinas de adecuación al cuerpo y asesinatos por parte de las fuerzas de seguridad. Las personas de géneros disidentes sufren dificultad en el acceso a la educación, aún más si se trata de ingresar al nivel superior universitario. También, encuentran impedimentos implícitos en las prácticas educativas rutinarias (acceso a los sanitarios o la participación en actos escolares).

Durante el proyecto de la UNER se escuchó el testimonio de distintas personas trans y no binaries que coincidieron en que “prejuicios y prohibiciones impregnan los espacios y los tiempos de la vida cotidiana en ámbito educativo”. Los autores y autoras del artículo en el que se recopila las experiencias de este trabajo argumentan que “las instituciones educativas son un escenario de potenciales conflictos que se activan frente a la transgresión de lo que está instituido, en este caso, el binarismo y la genitalización de la distinción entre géneros”.

Mediante este proyecto se pudo comprobar que es necesario construir como antídoto “una universidad popular, no excluyente y feminista que sostenga y potencie las múltiples y diferentes formas de habitar el mundo”.

El futuro es no binarie

En este sentido, la Universidad Nacional del Litoral promueve políticas de género y diversidad sexual que se enmarcan dentro de la Ley 26.943 de Identidad de Género. Para ello, en 2021 se realizaron modificaciones en la ficha de inscripción y en el Sistema de Gestión del Estudiante para que cada ingresante pueda inscribirse con el nombre que corresponda con su identidad de género. Además, las personas que lo deseen pueden colocar la identidad de género que elijan en la ficha de inscripción (aunque sea distinta a la que figura en su DNI). Del mismo modo, en la Facultad de Trabajo Social de la UNER, en 2017, se aprobó por unanimidad la inauguración de baños sin distinción de género propuesto por los participantes del proyecto. Entre las organizaciones involucradas estuvieron: Aquelarre Diversidad Paraná, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Entre Ríos y el INADI.

El objetivo de esta modificación edilicia fue interpelar las prácticas más cotidianas (como la de ir a un baño) que reproducen la división binaria instalada y naturalizada en la cultura institucional. El sanitario está ubicado en la planta baja de la sede central de la Facultad en Paraná, y “tiene por fin materializar en lo edilicio aquello que circula desde los cuerpos y la simbología: ¿cuál es el cuerpo normal?”

La filósofa estadounidense, Judith Butler, afirma que el género es performativo, es decir, nadie tiene un género dado desde el inicio, sino que es una puesta en acto que se produce mediante el comportamiento. En el artículo se sostiene que desde esta perspectiva “se impugna el proceso cultural de naturalización al que se ven sometidas las identidades sexo-genéricas y, consiguientemente, el cuestionamiento al dispositivo de hetero-cisexualidad obligatoria”.

Sobre el proyecto

El proyecto «Ciudadanías Travestis y Trans» de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos se desarrolló durante el año 2017 en el marco del Programa «Voluntariado Universitario» de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU). De este modo, se llevaron a cabo tres encuentros y un festival de cierre abierto destinado a toda la comunidad universitaria. El equipo a cargo del Proyecto estuvo integrado por docentes y estudiantes de las licenciaturas en Ciencia Política y en Trabajo Social, graduados de distintas carreras, y personas travestis y trans de la provincia de Entre Ríos.

El artículo Ciudadanías travestis: prácticas universitarias de voluntariado y acceso a derechos busca acercar algunas reflexiones sobre esta experiencia y la idea de la diversidad en la universidad. Los autores son Mariela Isabel Herrera, Gonzalo Molina y Verónica Paula Gómez.

Participantes del proyecto «Ciudadanías Travestis y Trans»

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