Nanotecnología aplicada al agro: eficiencia en nutrición vegetal

Gustavo Mendow, Ingeniero Químico y Gonzalo Berhongaray, Ingeniero Agronómo, desarrollan soluciones para optimizar los cultivos desde una visión nutracéutica: buena nutrición, mejor salud.

En Santa Fe existe potencial y existen capacidades para pensar que la nanotecnología llegó para quedarse. El Dr. Gustavo Mendow Ingeniero Químico (Facultad de Ingeniería Química, Universidad Nacional del Litoral) e investigador del INCAPE (UNL-Conicet) trabajó muchos años en química relacionada con la nanotecnología. A partir del 2018, junto al Dr. Agr. Gonzalo Berhongaray Ingeniero Agrónomo (Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional del Litoral) e investigador del ICIAGRO (UNL-Conicet) especialista en suelo, deciden dedicarse por completo a esta tecnología.

“Estoy convencido de que la tecnología no es una enemiga, sino que viene a solucionar problemas ambientales. Así pasa con el agro; hay tecnología que viene a solucionar y a proponer formas distintas de hacer las cosas. En este sentido, creemos que la nanotecnología llegó para lograr una agricultura más verde”, dijo Berhongaray.

Nanofertilizantes santafesinos: nace una idea

Gonzalo y Gustavo se conocen como profesionales, pero también en la cancha: juegan al fútbol amateur. Los terceros tiempos fueron el escenario de las primeras conversaciones y el puntapié para dar origen a un proyecto juntos.

Gonzalo se especializa en suelos y en todo lo vinculado a la nutrición de las plantas. A su vez, esto se relaciona con la química del suelo, algo en lo que puede aportar Gustavo como Ingeniero Químico. De la fusión de ambos saberes, surgió la idea de empezar a trabajar en cuestiones relacionadas a cómo nutrir químicamente una planta. A los saberes se sumaron las experiencias previas: Gonzalo venía de trabajar en una empresa de fertilizantes de alta eficiencia y Gustavo venía con la idea ya de trabajar con nanotecnología. Fusionaron ideas y es así que hoy son un grupo que investiga y produce nanofertilizantes en Santa Fe desde el 2018. 

Ni exceso ni déficit

Sabemos que para producir hacen falta insumos. Así como también es un hecho que el suelo tiene nutrientes, la historia de la humanidad lo demuestra, pero: ¿son ilimitados? No, todo tiene un límite, los nutrientes del suelo también lo tienen. En especial, si se habla de producción a gran escala. Aquí intervienen los fertilizantes, “que son necesarios para la producción sino los suelos se agotarían y los alimentos tendrían cada vez menos nutrientes”, sostuvo Berhongaray. En esta misma línea, “para mantener la salud del suelo, se deberían reponer las cantidades que se sacan.Entonces, los fertilizantes siempre hacen falta para mantener un nivel de producción determinada”.

Aquí cabe mencionar algunos problemas ambientales asociados al uso de fertilizantes. “Cuando se aplican por defecto, es decir cuando se aplican sub dosis, que implica menos cantidad de la que uno necesita, el suelo se agota y a eso se le llama minería del suelo. Sólo se extraen y extraen nutrientes y no se aporta nada. Esto es lo que sucede en Argentina. Otros problemas ambientales están asociados al exceso en las cantidades de fertilizantes usados, que sucede en otras latitudes y en otros sistemas de producción en Europa, en Asia, China, Estados Unidos”, explicó Berhongaray.

Ahora  bien, ¿por qué se aplican fertilizantes en forma excesiva? Según el especialista en suelos, “por la baja eficiencia”.

Ninguno de estos dos extremos en el uso de fertilizantes es bueno (exceso y déficit), ni para el suelo ni por los problemas ambientales que trae aparejado el uso ineficiente.

Nanopartículas y nanovehículos

Con la nanotecnología “lo que se intenta hacer es, justamente, tener fertilizantes de alta eficiencia que permitan producir mayores cantidades con iguales dosis, sin que sea necesario aplicar excesiva cantidad de fertilizante”, enfatizó Berhongaray.

“Hay muchos tipos de nanotecnología. Puede ser que el mismo fertilizante sea la partícula propiamente dicha. El hecho de tener menor tamaño aumenta su superficie específica, aumenta su superficie de acción y lo hace más eficiente per se. Y la otra tecnología que estamos usando son los nanovehículos; partículas que son de tamaño nano que incorporan nutrientes en su interior (nanoporos). Y el hecho de tener cierto tamaño hace que sean un vehículo más eficiente. Por ejemplo, que puedan ingresar por los poros de las raíces o de los estomas de las plantas en el caso de un fertilizante foliar. Cuanto menor sea el tamaño, más fácil va a ser”, explicó el especialista en suelo.

Capacidades científicas-tecnológicas aplicadas al agro

Desde que se asociaron, Gustavo y Gonzalo, han trabajado con fertilizantes para nutrir plantas o con mejoradores de suelo, encapsulando y trabajando con biofungicidas. Han probado con emulsiones, productos que no solamente van a nutrir a un cultivo sino también a sanarlo, por ejemplo, atacando alguna enfermedad. Y para eso utilizan desde productos químicos como las nanopartículas de zinc, que se usa como antifúngico, hasta bioproductos. Actualmente, se encuentran en etapas de prueba y desarrollo de muchos de estos productos.

Han articulado desde sus inicios y con convenios de por medio, con la firma Berardo Agropecuaria S.R.L, una empresa agropecuaria de Entre Ríos, para el desarrollo de diferentes productos para el agro. En especial, desarrollaron un fertilizante nitrogenado aplicado a suelo. “Siempre quisimos trabajar en cuestiones que mejoren la eficiencia, en especial, pensando en minimizar el impacto ambiental”, dijo Berhongaray.

Los fertilizantes nitrogenados son aquellos que en su composición está presente el nitrógeno o sus derivados, y se usan para garantizar el crecimiento de las plantas y así mismo fomentar la estructura celular.

“Este fertilizante lo fuimos mejorando. El primer año incrementamos un 5%, el segundo un 10% y el tercero un 17% en rendimiento, y en eficiencia se fue incrementando mucho más. Todo esto nos llevó a la solicitud de una patente argentina ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI)”, explicó Mendow.

En paralelo a esta experiencia y evaluando el potencial que tenían, fueron ampliando el espectro de productos a desarrollar y aplicando a diferentes convocatorias que se complementan (Capital Semilla UNL, PICT 2021 Aplicados II, SF DTT, PEICE 2023 entre otras).

Con el tiempo, también, fueron sumando integrantes al equipo: las Dras. Natalia Veizaga, Virginia Rodriguez, Bárbara Sánchez, y la Ing. Lourdes Vergara (becaria doctoral) aportan sus conocimientos de ingeniería química para la producción y el desarrollo de nuevas formulaciones de nanopartículasy de FCA e ICIAGRO los docentes Guillermo Walker y Juan Nicolier para evaluar los productos en ensayos a campo  y la cientibecaria Daniela Candele que, junto con Elisa Panigo, están evaluando en semillas y macetas.

Nanofertilizante para maíz y trigo

Recientemente, uno de sus proyectos fue seleccionado en el premio pre-semilla 2022 de la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN). A través de un financiamiento de 2 millones de pesos, los investigadores deberán -en el plazo de un año- desarrollar, producir y evaluar a campo un nanofertilizante multinutriente orientado a cultivos de maíz y trigo.

A nivel global, el trigo y el maíz son dos de los cultivos más importantes para la producción de alimentos. Los fertilizantes cumplen un rol preponderante en mejorar la seguridad alimentaria, y deben ser parte de la estrategia de seguridad alimentaria global. 

“Hay desafíos globales vinculados a la reducción del uso de fertilizantes. ¿Cómo se hace? Aumentando la eficiencia. Y por esa línea vamos nosotros, asociada al concepto de nutracéutica. Cuando un cultivo está bien nutrido, se enferma menos. Y si se enferma menos, necesita menos aplicación de productos que lo ayuden. Nuestra tarea interviene aquí, en enriquecer la nutrición de la planta”, dijo Berhongaray.

El proyecto premiado por la FAN está orientado a poner a punto y escalar un nuevo nanofertilizante multinutriente (Azufre, Zinc, Fósforo, Molibdeno y Calcio), ya sea de aplicación foliar como de aplicación a suelo, de manera de disminuir las dosis de fertilizante aplicado, o incrementar el rendimiento utilizando las mismas dosis actuales. Una vez lograda la síntesis deseada en reactores de 50 litros, se evaluará a campo, a escala de parcela, la formulación a fin de determinar eficacia y dosis, permitiendo obtener información para validar la tecnología y obtener los resultados.

“Cuando uno aplica al suelo nutrientes, ya hay un montón de elementos que pueden generar reacciones y competencias entre ellos. Pero cuando se aplican nutrientes más específicos de manera foliar, por ejemplo micronutrientes, uno se asegura que va a la planta. La aplicación foliar como tecnología también ayuda a mejorar la eficiencia. Lo que les sucede a algunos metales, como por ejemplo el Zinc, es que les resulta muy difícil atravesar la hoja. Pero cuando se lo aplica en forma de nanopartícula la idea es que aumente la eficiencia de absorción”, dijo Berhongaray.

Fuente: Universidad Nacional del Litoral

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