Prevención de enfermedades masculinas

Por Redacción IDL

El de próstata es el segundo tipo de cáncer que más afecta a los hombres. Con los controles adecuados puede detectarse precozmente y tener mayores posibilidades curativas.

Un movimiento a nivel mundial llamado “Movember” se formó con el objetivo de concientizar acerca de las enfermedades masculinas durante el mes de noviembre: cáncer de próstata, testículo, salud sexual y depresión.

El Profesor Titular de la Cátedra de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR y Jefe del Servicio del Hospital Provincial del Centenario y del Sanatorio de la Mujer Fernando Yaber explica la importancia de que el varón tome conciencia y se realice un control anual, como lo hacen las mujeres con el examen ginecológico y de mamas.

“El hombre, fundamentalmente el latino, tiene algún tipo de vergüenza, resquemor y no quiere ser examinado, sin embargo hoy estamos viendo muchos pacientes que vienen inducidos por sus propias parejas a hacerse el chequeo anual”, cuenta el Dr. Yaber.

La recomendación para todos es comenzar los controles entre los 45 y 50 años y si tiene más de 70 en un buen estado de salud, también. En los casos de antecedentes familiares de padres, tíos, hermanos con cáncer de próstata o mamá con cáncer de ovario o de mama, así como también si son de raza negra, es aconsejable empezar antes, a partir de los 40, 45 años. Cabe destacar que uno de cada seis hombres mayores de 65 años tiene cáncer de próstata y lo desconoce porque no se hizo el control.

¿En qué consiste le chequeo? Un análisis de sangre llamado prueba del antígeno prostático específico (PSA) y un tacto rectal. “El tacto rectal muchas veces se cuestiona, pero hay que charlarlo con el paciente”, expresa el urólogo y amplía: “Si se les explica que es una ventaja y que aumenta la sensibilidad de poder llegar a un diagnóstico precoz de un cáncer de próstata, lo aceptan”. Es decir que si no se lo quiere hacer, se pierde un porcentual del diagnóstico. Eso dependerá de cada paciente.

La próstata es una glándula muy pequeña que hasta los 30 años tiene alrededor de 20 gramos, del tamaño de una nuez. Está alrededor del cuello de la vejiga y los síntomas se presentan precisamente por la obstrucción de la vejiga que no puede vaciarse completamente.

Según explica el profesional de la UNR, los síntomas de alarma son la urgencia miccional, el chorro entrecortado, la dificultad en iniciar la micción, levantarse más de una vez por noche sin tener otra comorbilidad como diabetes, tomar diuréticos, etc, eyacular u orinar con sangre y un control negativo de próstata.

Por lo tanto, cualquier paciente que tenga esa sintomatología, independientemente de la edad, tiene que hacer un control con el urólogo. En estos casos a los pacientes se les realiza un PSA con algunos requisitos, como por ejemplo, no tener contacto sexual entre 4 y 7 días previos, no andar en moto, no estimular la zona perineal porque se puede comprimir la próstata  y  puede aumentar el valor. Y posteriormente, un tacto rectal.

Muchas veces se acompaña con una ecografía transabdominal antes de orinar. Para ello el paciente debe tener la vejiga llena y se hace una evaluación pre y post miccional para observar cuanto queda de residuo porque eso da cuenta de la obstrucción que puede producir a la salida de la vejiga.

“Si bien es un cáncer que se puede tratar, las posibilidades curativas son más amplias si está localizado que si ya es metastásico”, dice Yaber y destaca: “Lo importante es lograr la prevención, la concientización y tomarlo a tiempo, en un estadio precoz”.

Efectos pos pandemia

La cátedra de Urología de la UNR y el servicio en el Hospital Centenario fueron reconocidos este año en el Congreso Argentino de Urología por una investigación sobre el impacto de la pandemia de Covid 19 en el diagnóstico de cáncer de próstata y que dio lugar a un interrogante “¿Hay más pacientes metastásicos de novo?” Esto sucede cuando es detectado por primera vez y ya se esparció a otra parte del cuerpo

El objetivo del análisis fue evaluar en qué estadios se diagnosticó la enfermedad en el período prepandemia, cómo cambió a partir de la declaración de cuarentena obligatoria en marzo del 2020 y si esto se mantuvo en el tiempo una vez que se flexibilizaron las medidas sanitarias.

“Las medidas para reducir la mortalidad y controlar la pandemia han conllevado una demora en la atención y seguimiento de muchos pacientes, con importantes daños colaterales. Con relación al cáncer de próstata, se aplazaron los programas de prevención secundaria como las estrategias basadas en el riesgo, ocasionando un descenso de la detección de cánceres en estadios tempranos y por consiguiente un aumento en los diagnósticos en estadios avanzados”, expresa el informe.

La investigación consistió en una revisión retrospectiva en la base de datos del Hospital Provincial del Centenario de los pacientes sometidos a Punción Biopsia Prostática (PBP), agrupándolos en tres grupos de 19 meses según la fecha del procedimiento.

El primer grupo desde julio de 2018 hasta antes del inicio de la pandemia. El segundo grupo, desde el inicio de la pandemia hasta octubre de 2021 y el tercer grupo desde noviembre de 2021 hasta junio de 2023. Se analizaron diferentes variables: el número total de procedimientos, el porcentaje de positividad y el estadio de la enfermedad.

Los resultados muestran que se registraron 94 procedimientos en total, 41 correspondientes al primer grupo, 28 al segundo y 25 al tercero de los cuales el porcentaje de positividad de las PBP fue del 32, 39 y 36% respectivamente.

Se destaca una marcada diferencia en el porcentaje de pacientes metastásicos de novo tras el inicio de la pandemia y sosteniéndose hasta la actualidad: el 15% en el período prepandemia correspondiente al grupo 1, 45% en el grupo 2 y 44% en el grupo 3.

El equipo concluye que “la pandemia de COVID-19 trajo aparejada un marcado aumento en el porcentaje de pacientes en estadios avanzados al momento del diagnóstico de cáncer de próstata, llegando al 45%. Este porcentaje es muy superior a los observados en países desarrollados, donde llega solo hasta casi el 10%”.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Julieta Ghio Bonfanti

Fuente: Universidad Nacional de Rosario

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